domingo, 2 de enero de 2011

Juegos Populares

Los juegos populares forman parte de la cultura de los pueblos. Transmitidos de generación en generación, van siendo tristemente desplazados por el cada vez más omnipresente mundo digital, y es por ello, que en plena "Era Pokémon", sintamos algo muy especial cuando vemos a algún niño jugando con algo tan simple como un palo o una piedra. Es entonces cuando se avivan los recuerdos de aquellos juegos de grupo, en los que la habilidad no se medía por el vertiginoso manejo del joystick. Veamos algunos ejemplos:


La Rayuela
Se marca una línea en el suelo, de manera que los jugadores se sitúan a una distancia de la misma para lanzar monedas hacia ella.
El jugador que quede más cerca de la línea, tras elegir cara o cruz, lanza las monedas a lo alto ganando las que coincidan con su elección al caer al suelo.
Las que queden son lanzadas por el segundo y así sucesivamente.





La Tajuela
Hecho un circulo en el suelo, se colocan en el centro del mismo las vistas (por ejemplo ilustraciones de cajas de cerillas).
Se lanza la tajuela (pequeña lonja de pizarra) con el objeto de sacar el mayor número posible de vistas del circulo, pues las que salgan serán para el jugador que ha lanzado la tajuela.
El turno de lanzamiento lo determina la distancia de la tajuela a las vistas.



La Billarda
Se juega con dos palos: uno corto de un palmo de largo aproximadamente “billarda” con los extremos rebajados ó en punta, y el otro largo “palén” media entre medio metro y un metro de longitud.
Golpeando con el palén en un extremo de la billarda, ésta salta en el aire, debiendo ser nuevamente golpeada (entallada) con el palén, para que salga disparada lo más lejos posible.
Cuando caiga al suelo y desde su nueva ubicación, la billarda deberá ser entallada por el mismo jugador hasta completar una serie de tres golpes, tras los cuales habrá de medirse la distancia desde el círculo a la posición final de la billarda, usando para ello el palén. El juego seguía por turno hasta que alguien llegase al número de varas que se había acordado al principio del juego.



La Calva
Su práctica se remonta a los tiempos de los Íberos y los Celtas.
Era un deporte propio de pastores, los cuales se entretenían lanzando un canto rodado a un cuerno de vaca. Con el paso del tiempo el juego se fue sofisticando sustituyendo el cuerno de vaca por una pieza de madera, llamada "calva" y el canto rodado por un cilindro de hierro o acero, llamado "marro".